Tuesday, May 10, 2011

EPD
 MIRTA DE PERALES
"cualquiera que sea tu problema de belleza, Mirta tiene la respuesta"
Mirta de Perales
una de las primeras hispanas en triunfar en Estados Unidos en la industria de la cosmetología, falleció el 3 de mayo en su residencia de Miami Beach, víctima del mal de Alzheimer. Tenía 88 años de edad.

Rica y famosa en Cuba hasta 1962, año en que partió al exilio acompañada por sus dos hijos y con $5 en la cartera, Perales retomó su carrera en Miami tras ganarse la vida arreglando cabezas y pies, tal como en sus años juveniles. Con el tiempo, puso en práctica su experiencia, su olfato para los negocios y su indiscutible carisma y fundó Mirta de Perales Inc., el emporio que distribuye sus productos a nivel nacional y Puerto Rico.

“En Cuba fue millonaria y aquí multiplicó su fortuna”, expresó Maribel Sotolongo, ejecutiva de cuentas de la firma y la persona autorizada por sus hijos a hablar con El Nuevo Herald. “Mirta era muy fuerte y cariñosa a la vez. Sabía todos los detalles de la compañía y exigía al personal que siempre estuviera muy arreglado. Sin embargo, era muy buena, al punto que a muchos empleados les dio el down payment para que compraran sus casas y a los que llegaban de Cuba les facilitaba la manera de comprar su primer carrito. Ella decía que tenía que devolver todo lo que Dios le había concedido. Era muy católica”.

Mirta de Perales Inc. ubicada en Doral, tiene 10 trabajadores. Desde hace una década está dirigida por Mirta C. Perales, de 57 años, hija de la célebre empresaria.

Para el estilista y empresario cubano Samy, De Perales es un orgullo de los hispanos porque estableció su marca en un país desconocido pese a ser mujer, cubana y exiliada. “Mirta pudo hacer realidad su sueño y abrió el camino a personas como yo, que querían seguir sus pasos”, destacó Samy, quien la recuerda como una mujer muy cariñosa y elegante y de la cual siempre recibió palabras dulces. “Ella arrastró su trayectoria desde Cuba, se atrevió a competir en las grandes ligas y tuvo mucho éxito. Sus productos siguen fascinando porque son buenos y exquisitos”.

Otro colega que se inspiró en ella fue Santiago Ruiz, propietario de Santi International & Wave Spa at FIU, quien conoció a Mirta en 1956, cuando ésta tenía su salón en el edificio Naroca de la barriada habanera del Vedado.

“Me daba muy buenos consejos y me insistía en la necesidad de mantenerse al día en las últimas tendencias para no quedarse atrás”, recordó Santi.

Sus colaboradores más cercanos aseguran que cuando Mirta logró establecerse en Miami comenzó a viajar a Nueva York y Puerto Rico para expandir su negocio. En cuanto a su celo por la calidad, pedía los mejores productos en los laboratorios sin reparar en el costo. Y ya famosa en su segundo aire, se los enviaba a Gloria Estefan, Don Francisco y Julio Iglesias, entre otras celebridades. En cuanto a su manera de promover su trabajo se le presentaba a quien no la reconocía y le recomendaba sus productos.

“Mirta se adelantó a su tiempo en técnicas de mercadeo”, señaló Mari Rodríguez Ichaso, cineasta y corresponsal de la revista Vanidades en Nueva York, cuando se remontó a aquellos Cinco minutos con Mirta de Perales, el programa dominical de la televisión cubana que surgió cuando no era frecuente que una mujer promoviera sus productos a través de su propio espacio Mirta Raya, conocida internacionalmente por el nombre Mirta de Perales, nació el 2 se septiembre de 1922 en Rancho Veloz, Las Villas, Cuba, donde solía cortarle el pelo a sus vecinas a cambio de un pago ínfimo, mientras su madre trabaja en la capital de empleada doméstica. “Cuando reunió algunos centavos le pasó un telegrama a su mamá que decía ‘¡mamá, ven, que ya estamos ricos!’ ”, evocó su ejecutiva de cuentas.

A los 14 años, Mirta decidió abrirse paso en La Habana, donde colocó un anuncio en un periódico en el que ofrecía sus servicios de peluquera y manicura a domicilio, sin conocer la ciudad. Hasta que conoció a Benito Perales, un farmacéutico 10 años mayor que ella con el que se casó el 6 de enero de 1944 en la iglesia Nuestra Señora del Carmen. Andando el tiempo la pareja tuvo dos hijos y consolidó la firma de productos para el cabello que la haría famosa. Se separó a principio de los década de 1960.

En 1962 la empresaria se marchó de Cuba “para no volver” con sus hijos tras sufrir un arresto de nueve días en la fortaleza de El Morro por negarse a abandonar su salón de belleza ante el temor de que fuera expropiado por el gobierno comunista, lo que finalmente sucedió.

Luis Cuervo, subdirector de la Cámara de Comercio Latina en Estados Unidos (Camacol), destacó que De Perales “marcó pauta y se convirtió en un símbolo de su comunidad mientras se mantuvo activa”. Y en el plano personal, “era una mujer muy sociable, aunque no daba mucho acceso a su vida privada”.

El legado de Mirta de Perales fue reconocido por el presidente Ronald Reagan en una ceremonia en La Casa Blanca donde éste le dijo en su discurso: “tú eres el sueño americano”.

Los servicios fúnebres de la empresaria se realizaron de manera privada en la Iglesia de Saint Kevin. Su hijo, el sacerdote Jorge Perales, de 59 años, ofició la misa de réquiem. Aparte de sus hijos, le sobreviven sus nietos Jorge y Cristina Echevarría.
Mirta de Perales
one of the first Hispanic women to find success in the cosmetics industry in the United States, died from Alzheimer’s on May 3 in her Miami Beach residence. She was 88.

Rich and famous in Cuba until 1962, when she left her country to come to the United States with her two children and barely $5 in her purse, de Perales resumed her career in Miami by making a living styling hair and doing pedicures, as she had in her younger years. Eventually, she put her experience to work and, armed with a good business sense and charisma, founded Mirta de Perales, Inc., the emporium that distributes her products in the U.S. domestic market and in Puerto Rico.

“She was a millionaire in Cuba and she multiplied her fortune here,” said Maribel Sotolongo, the firm’s account executive and the person authorized by De Perales’ children to speak to El Nuevo Herald. “Mirta was, at the same time, tough and sweet. She knew every detail of the company and demanded from her staff to always look their best. She was a very good person, to the point of giving many of her employees the down payment they needed to buy a house, and she helped those newly arrived from Cuba to buy their first car. She always said she had to give back all that God had given her. She was a very devoted Catholic.”

Mirta de Perales, Inc., located in Doral, has a staff of 10. For the past decade, it has been managed by Mirta C. Perales, 57, daughter of the famous entrepreneur.

Cuban stylist and entrepreneur Samy said De Perales was the pride of Hispanics because, despite being a woman, a Cuban and an exile, she established her brand in a country that was new to her.

“Mirta made her dream come true and opened the doors to people like me who wanted to follow in her footsteps,” said Samy, who remembers her as an affectionate and elegant woman who always had sweet things to tell him. “She carried forward her trajectory from Cuba and dared to compete in the major leagues with a lot of success. Her products continue to fascinate because they have an exquisite quality.”

Another colleague she inspired was Santiago Ruiz, owner of Santi International & Wave Spa at FIU, who met De Perales in 1956 when she had a salon at the Naroca building in the Vedado neighborhood in Havana.

“She gave me good advice and always insisted in being up to date on the latest trends,’’ Ruiz said. Her closest collaborators say that when De Perales was finally able to establish herself in Miami, she began to travel to New York and Puerto Rico to expand her business. In her zeal for quality, she ordered the best laboratory products without stopping to look at the price. And when she became famous again, she would send her products to Gloria Estefan, Don Francisco and Julio Iglesias, among other celebrities.

Sometimes, to promote her work, she simply introduced herself to those who did not recognize her and recommended her products. “Mirta was ahead of her time in marketing techniques,” said Mari Rodríguez Ichaso, filmmaker and correspondent of Vanidades magazine in New York, remembering Cinco minutos con Mirta de Perales, a Sunday morning program De Perales hosted on Cuban television.

Mirta Raya, known internationally by the name of Mirta de Perales, was born on Sept. 2, 1922 in Rancho Veloz, Las Villas province, Cuba, where her neighbors would pay her small amounts to cut their hair. At the time, her mother worked as a maid in Havana. “When she saved a few pennies, she sent her mother a telegram saying, ‘Mom, come home, we are rich,’ ” the account executive said.

At age 14, De Perales decided to find success in Havana, although she did not know her way around the city. There, she placed an ad in a newspaper offering her services as a hair stylist and a manicure at the clients’ homes.Then she met Benito Perales, a pharmacist 10 years her senior whom she married on Jan. 6, 1944 at the church Nuestra Señora del Carmen. After some time, the couple had two children and consolidated the Mirta de Perales firm of hair products that would make her famous. They separated in the early 1960s.

In 1962, De Perales left Cuba with her children and decided “to never go back.” She had been detained for nine days in the Morro Fort prison for refusing to give up her beauty salon because she afraid that the Communist government would end up expropriating it. Which is exactly what happened. Luis Cuervo, deputy director of the Latin Chamber of Commerce in the United States, said De Perales “made a difference and became an icon in her community while she was active.” Personally, “she was a sociable person, though not giving much access to her private life.”

President Ronald Reagan had recognized Mirta de Perales’ legacy in a White House ceremony, where the president said addressing her in his speech: “You are the American Dream.”

Private funeral services were held at St. Kevin’s Church. Her son, the Rev. Jorge Perales, 59, officiated at the Requiem Mass. Besides her children, De Perales is survived by her grandchildren, Jorge and Cristina Echevarría.
Arturo Arias-Polo
el Nuevo Herald
Miami Mayo 10 2011




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